20 jul 2025

En un muro mental monumental...

Para qué volar si puedo gatear...

Bajo el sol... que insolación en la península donde yacen cúmulos de tierra, con moluscos en guerra. 

Y en lo profundo, una barahunda de algas muertas y peces sierra cierran puertas hacia las afueras.

Las burbujas de saliva dan vida, van vivas, y rivales se revuelcan y anidan. Allí van sus siluetas... se miden en millas.

Contradicciones yacen sin razones como peatones pasando por las cebras de sus mentes, cánones de sus emociones. 

Dicen algo y hacen otro, no son elecciones, sienten mucho miedo, miedo que lanzan a por montones.

Transmiten frío a los pezones, no duermen en tu pecho, pero si en pensiones, sin derroche. 

Y de noche se encarcelan en prisiones sin presiones, amanecen en lo alto con soroche.

Un solo cuerpo sin particiones, uno solo, tibio por sus neutras decisiones. 

Y culpo al miedo, y me culpo, y lo esculpo, y me autoescupo, y así me curto entre amores platones.

Y mientras... en las orillas, en muletas, mutilados, un multinivel desnivelado, caída piramidal, acalambrados, comiendo alambre oxidado, desmenuzando el crudo engrudo, parcializado en parcelas de arena.

Desmineralizados.

Locos en un yate de yute, me importa poco y aunque me empute, no me empato a esa altura, no me nutre, andar con nutrias no se discute.

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